El día de hoy. Quisiera dedicar este post a un buen amigo, y excelente dibujante, el Arquitecto Jorge Tamés y Batta, director de la facultad de Arquitectura de la UNAM, en la ciudad de México.
Con motivo de las festividades de la XXVIII Semana del Hábitat, fue invitado especial para una plática acerca de la importancia del bocetaje en las carreras proyectuales, y como jurado calificador del concurso de bocetaje a contrarreloj con su nombre.
Las actividades comenzaron desde temprano el día viernes 5 de noviembre, sin embargo eran diversas las conferencias que los demás alumnos atendían. Entre tanto, su servidor se encontraba sentado en una banca, realizando algunos ejercicios de calentamiento para bocetar (extremadamente necesarios por la baja temperatura que imperaba en ese preciso instante), cuando entre organizaciones improvisadas se acercó el arquitecto y se sentó a un costado mío, desempacando cuidadosamente una serie de aditamentos de su maletín…
Cigarrillos, plumas, algunas molesquines llenas de impresionantes trazos, acuarelas y demás, y así el arquitecto comenzó a dibujar; discutimos por un momento sobre qué tipo de pluma es mejor si la bic de punta fina o la bic de punto mediano, acordando después de un rato que ambas tenían su posibilidades. Después de un rato de dibujar, fumar y conversar, comenzaron a acercarse los estudiantes que merodeaban por la explanada, a los cuales el arquitecto invitaba amablemente a sentarse a dibujar.
Fue una experiencia peculiar, y se cumplió con la cuota del día, (ya que el arquitecto asegura que tiene que hacer al menos un dibujo por día), para no perder la práctica, y un par de dibujos más.
Dejándonos con la brillante enseñanza de que el dibujo, a pesar de ser tan despreciado, o relegado por muchos hoy día con las nuevas tecnologías de renderizado y diseño asistido por computado, es y seguirá siendo la herramienta primordial para expresarse en el medio de los proyectistas, los artistas, y todo aquel que dedique su disciplina a las bellas artes.
Un cordial saludo al Arq. Jorge Tamés y Batta